Apenas somos unos cuantos días, y vamos
abriéndonos paso Tiempo a tiempo, llama a llama,
Hacia otros días que de memoria repasamos
Como si conociéramos el reloj y sus horas
Y lo situásemos en las coordenadas exactas de un mapa
Vamos dejando una estela
De eslabones que nos sujetan a la nada,
Pero supongo que a fin de cuentas
La nada es nuestras, y solo ella entiende
De nuestro miedos y presidios.
A veces buscamos, varias veces ,
Alguien que nos lleve de la mano,
Y en los abismos de los otros,
Que suelen ser ecuaciones imposibles
Intentamos hacer de la nada
Algo más tangible e indeleble.
Sin embargo lloramos y reímos,
y deseamos que escriban sobre nosotros en diarios
intentamos descifrar el código de gestos y de formas
que sistemáticamente repetimos.
Es peligroso vivir sin darse cuenta
Pero más peligroso es preguntarse por qué lo hacemos