de tus aparatos eléctricos

Déjame ser el frío de esta noche
abrazarte con el hielo
que dejan los fantasmas

será un honor, ser la ausencia
que buscas este invierno
al otro lado de la cama

déjame ser el silencio, y el eco
de tu voz lejana

Si es así me iré, con la sonrisa tenue
con la palabra helada

Déjame ser tus tragos,
tus palabras y tus sueños
en la madrugada

Déjame hacerte daño
un rato tan solo,
una vez al menos

colarme en tu pasado,
deshacer tus planes, rehacerlos

Si es así me iré, de tu mesilla de noche
de tus aparatos eléctricos

el sueño y sus palabras

Pongamos que digo cualquier cosa:
Caminas por las aguas y soy bruma
el sueño se esconde
pero se deja ver a medias
al final del verso

Espera, no termino
creo que se acercan las palabras
que dejé en los márgenes
y tropiezan en la historia
y en mis sueños esta noche

Apareces sin tu rostro, apócrifa, gigantesca
yo te enredo, tu me besas y te ries
yo grito y apenas se escucha
tu hablas como un magnate leonino

Soy una sombra en la ciudad sin nombre
tu un sueño que cruza el alba
y me desnuda

Lo que no nos dimos

Detrás de tu mirada,


Allí donde no puedo verte

donde las paredes chocan con los sueños

y mis ojos son inútiles



Podré hacer conjeturas

Imaginarme tus fantasmas

Intentar con mis armas espantar al miedo

pero apenas son ágiles



Detrás de mi voz

Allí donde no puedes escucharme

Y enferman las palabras que no dije

Al otro lado del teléfono



Perdimos cobertura,

Tardes de lluvia y besos

Y se levanto la niebla de un amor sin saldo

Que se escondía entre el cemento



Yo no puedo verte detrás de tu mirada

Tú no puedes escucharme detrás de mi voz

Pero todo el frío cabe

Detrás del silencio.

vuelta a casa

Me entretendré un rato más en la calle
antes de volver a mi vida corriente.
después, cuando escampe
volveré a hablar con mis heridas y mis confidentes

Tendré que enfrentarme con la noche,
en heroica lucha, ambos dando vueltas en cama
hasta que crezca tanto el puñal del sueño
que rabiosamente se hunda en mi espalda

Y al día sigueinte, Ocho horas más tarde,
viento, lija, ojos violentos
miran la sangre y los semáforos
donde derrapa mi corazón hambriento

puertas y heridas

bastará que mi atencion se distraiga
que pierda las llaves
que baje la guardia
para entristecerme

bastará con romper cierta distancia
que cruces la calle
del portal de mi casa
para removerme

No me bastarán la ciudad y sus lugares
ni sus elixíres frenéticos
ni sus cuerpos fugaces
para apretar los dientes

bastará con tus palabras lentas,
con el azar y mis pasos
y una puerta entre abierta
para que yo entre

pasa, mírame, miénteme.
Abre mis heridas
y registra